Mi historia con Mailchimp, el email marketing y la automatización

Esta es la historia de una técnico en marketing que con los años se especializó en email marketing y automatización con Mailchimp.

Todo empieza aquí:

Cuando la “lié parda” enviando un email masivo sin copia oculta

Tras obtener mi título de Técnico Superior en Gestión Comercial y marketing en 2006, tuve mi primer contacto -desastroso- con el email marketing.

Empecé a trabajar como becaria en el departamento de marketing de una empresa familiar que distribuía películas y videojuegos.

Recuerdo que una de las tareas que tenía que hacer todos los meses era enviar las novedades mensuales de productos a toda la base de datos de clientes.

Yo, en ese momento con 20 años, no cuestionaba cómo hacían las cosas allí por pura ignorancia. Simplemente seguía órdenes y hacía las cosas como siempre las habían hecho en la empresa (que yo presuponía, erróneamente, que eran las correctas).

La cosa es que, por aquel entonces no existían todas las alternativas que hay ahora y la newsletter se enviaba directamente desde outlook con un archivo comprimido adjunto superpesado, copiando y pegando todos los correos de los clientes en copia oculta.

¡Era de locos!

Esto, como seguramente te imaginas, acarreaba un montón de errores cada dos por tres: clientes que no recibían el email porque el archivo era muy grande, los emails llegaban a la bandeja de spam, actualizar la base de datos era un trabajo de chinos… incluso recuerdo una de las primeras veces que la “lié parda” porque envié el email a todos los clientes SIN copia oculta.

Nos llovieron un montón de quejas de los clientes y a mi me calló una buena bronca de mi “amable y comprensiva” jefa. Menudo disgusto me llevé ese día…

Si lo pienso ahora, me llevaría las manos a la cabeza si un cliente me pide mandar un newsletter así . Directamente, por supuesto, haría las cosas de otra manera.

Y de repente conocí Mailchimp

Por suerte, yo nunca he dejado de formarme y, aunque en esa empresa eran muy rígidos a los cambios, yo seguía aprendiendo por mi cuenta con estrategias de marketing online y herramientas para saber cómo usar el email marketing de la forma más efectiva y correcta posible.

Recuerdo más adelante en 2010, trabajando con un cliente en modo freelance que compaginaba con el otro trabajo, yo me encargaba entre otras cosas de diseñar las newsletters que luego mi cliente enviaba con algún programa por email con las novedades de sus productos.

Aunque siempre he intentado ser espabilada con la tecnología, reconozco que para mi era un sufrimiento diseñar las cosas directamente en HTML porque siempre algo se acababa descuadrando o no se veía bien.

No fue hasta 2012 que gracias a un curso de marketing online de mi ciudad, conocí la herramienta Mailchimp. Por aquel entonces, no tenía todas las funcionalidades de hoy en día y se utilizaba simplemente para enviar  newsletters de forma sencilla.

Desde ese momento quedé entusiasmada con la herramienta y con lo fácil que se podían gestionar los suscriptores o diseñar los emails.

No sé cómo no la había podido usar antes con lo chula que era, además de ser gratuita.

La famosa segmentación

Ya en 2011, tuve la suerte de que me otorgaran una beca de BBK para seguir formándome en las nuevas herramientas 2.0 y trabajar durante 6 meses en el departamento de publicidad de Euskaltel.

Allí empecé a conocer acerca de la famosa “segmentación”.

Una de las tareas que hacía era redactar y enviar los briefings de los emailings a la agencia que los diseñaba y supervisar que entregaran los distintos diseños de forma correcta.  

Es decir, no trataban igual a toda su base de datos, si no que personalizaban los emails dependiendo de lo que tenía contratado cada cliente.

¡Esa manera de hacer las cosas me gustó mucho!

Recuerdo esa etapa con mucho cariño y aprendí un montón de cómo se gestionan las cosas en las grandes empresas.

Cada vez me empezaba a gustar más el tema del email marketing.

Las agencias de publi de la “vieja escuela”

A partir de 2012 empecé a trabajar en una agencia de publicidad y fue un punto de inflexión.

Empecé a cuestionarme muchas cosas de la manera de trabajar de las agencias tradicionales de toda la vida y cada vez le veía menos sentido a mi trabajo en marketing online de la manera que lo había hecho hasta ese momento.

La cosa era así:

El cliente llegaba donde los jefes con el problema de querer conseguir más ventas. A lo que ellos le ofrecían algún servicio para conseguir visibilidad como, por ejemplo, gestionar redes sociales, blog, SEO, newsletter, concursos o alguna campaña en Facebook ads o Google Adwords.

No se fijaban si luego el cliente tenía o no un sistema para convertir todo ese tráfico en ventas.

Así que yo me pasaba 8 horas al día publicando en las redes sociales, blog y newsletter de las cuentas de clientes y cuando me tocaba hacer las estadísticas mensuales, todo giraba en torno al número de visitas y de likes.

Las ventas, que es por lo que venía desde el inicio el cliente, no aparecían en ningún lado (¡error!).

Todo ese trabajo de visibilidad no servía de nada porque luego el cliente no contaba con un sistema en su web para retener las visitas y convertirlas en clientes.

Hasta que un día, sin comerlo ni beberlo llegó a mi un cliente un tanto enfadado que no entendía nada y que haciendo cuentas, la inversión que estaba haciendo en la agencia y en anuncios, solo le estaban haciendo perder dinero y, no hace falta ni mencionar, que no estaba consiguiendo resolver el problema con el que asistió a aquella primera reunión con mis jefes.

Empecé a ver que yo no quería hacer las cosas así.

Por eso, un día ya desmotivada y cansada de más de lo mismo, despedí a mi último jefe, dejé un trabajo a 5 minutos de mi casa y con contrato indefinido (mileurista, como siempre) y decidí empezar a hacer las cosas a mi manera.

Nuevos retos y nuevos problemas

En 2014 me uní a una excompañera de trabajo y decidimos crear Miss Tailor una agencia de mkt digital para moda y Blogger Connection donde ayudábamos a blogueros de moda a rentabilizar sus blogs.

Por fin había emprendido para poder trabajar con los clientes a mi manera. De una manera honesta y transparente y  sin hacerles malgastar su dinero. Y por supuesto, para tener más libertad y gestionar mi tiempo y mi vida de forma más flexible.

Pero la realidad es que después de unos cuentos meses, nos dimos cuenta en nuestras propias carnes que no teníamos un sistema sólido para conseguir clientes.

Íbamos haciendo las cosas probando de aquí y de allá, haciendo de nuevo lo mismo que hacíamos en la agencia (publicar en redes, redactar un blog, salir a la calle con flyers…), con mucha inseguridad, a ver si sonaba la flauta y nos llegaban los clientes por arte de magia.

Cuando vimos que el esfuerzo y horas de trabajo no eran directamente proporcionales a los ingresos del banco, empezamos a buscar una solución lo antes posible y…

¡La encontramos!

Nos dimos cuenta de que, a pesar de venir del marketing, nosotras tampoco teníamos un sistema online de venta automatizado para convertir visitas en clientes con el que generar más confianza y, sobre todo, autoridad.

Nos lanzamos a la piscina, revolucionamos de arriba a abajo nuestro negocio, nos empezamos a investigar y a formarnos como locas en automatización y montamos un sistema automatizado con Mailchimp para conseguir clientes sin sudar la gota gorda.

Aprendimos mucho porque entonces el mundo de la automatización y los funnels estaba muy verde, aunque Mailchimp ya empezaba a incorporar unas cuantas opciones de automatización.

Pero… ¿cómo llegué hasta aquí?

Cuando montas un negocio, es importante combinar: pasión + conocimiento + demanda.

El problema es que a mí no me apasiona la moda. Así que mi socia y yo decidimos tomar caminos separados.

A mí me motivaba mucho más ayudar a otras personas que estaban en la misma situación que yo hace unos años.

Así que a principios de 2016 cuando tuve que empezar de nuevo, no dudé 2 veces en saber que quería seguir emprendiendo por mi cuenta.

De ahí nació primero mi marca infoemprendedora.com, que con los años se convirtió en lo que ves hoy, donde fui creando e implementando mi propio método de automatización con Mailchimp (a base de mucha investigación y mucha prueba y error ya que no existía a penas información paso a paso para implementar un sistema adaptado a mis necesidades) y que fui implementando tanto en mi negocio como en el de mis clientes y alumnos.

También creé mi academia dalealmono.com, por la que han pasado más de 240 alumnos, con la que confirmé que  todavía hay muchos negocios online en pañales sin un sistema de ventas automatizado.

Y lo que es más, existe una gran demanda no cubierta en las empresas de profesionales que no sólo tengan conocimientos de Marketing Digital sino que estén especializados en email marketing y automatización y, sobre todo, que sepan llevarlo a la práctica utilizando herramientas sencillas, económicas y, a la vez, potentes, como lo es Mailchimp.

Gracias a mi continua investigación y práctica, tuve el honor en 2018 de que Mailchimp me reconociera como Partner Oficial y también me incluyera en su Directorio Oficial de Expertos.

Mi misión es que te prepares para ser un nuevo profesional digital con uno de los perfiles más demandado y mejor pagado de los próximos años.

Así que si me preguntas, estoy aquí porque defiendo la automatización como la clave para que tus clientes consigan resultados reales y recomienden tus servicios con los ojos cerrados.

Por eso, ayudo a profesionales de marketing que quieren ofrecer un servicio innovador a sus clientes, que de verdad les genere resultados y sin complicarse la vida, a que lo consigan gracias a dominar la automatización con Mailchimp.

Author Details
Soy Elsa López, consultora y formadora de email marketing estratégico para vender cursos online. Tengo una newsletter (gratuita) donde escribo a menudo sobre cómo convertir las visitas de tu web en alumnos fieles gracias al email marketing. Además, viene con un ebook de regalo que te lees echando leches para entender como funciona la venta online (solo tiene 4 páginas. 5 si cuentas la portada). Aquí te puedes apuntar:

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